lunes, 1 de noviembre de 2010

LA VIDA AL TELÉFONO

Cuando uno quiera estar al día de lo que sucede en el mundo, tiene dos soluciones, engancharse a Tele 5 o viajar en transporte público. Si la televisión produjera somnolencia, como es mi caso, el transporte público es el recurso ideal. Allí, sin limitación alguna, podemos entrar en vida ajena al oír todo tipo de conversaciones telefónicas presuntamente privadas. El abanico temático es amplio, desde como esquivó los arrumacos y carantoñas del marido, una noche en la que ella llegó dichosamente satisfecha de estar toda la tarde, en secreto, con un amante, pasando por el puteo que la encargada del Rocío Discount dedica a la que supongo sería dependienta, hasta la angustiada pregunta lanzada al aire por una joven ama de casa que cargada de razón, se preguntaba.- ¿De qué me sirve el “poyo” de la cocina, si no puedo poner los platos encima porque con el peso se me cae? . Y es que tenia toda la razón. Yo, porque soy de naturaleza reservada, pero estuve a punto de intervenir abonándome a la pregunta. ¿De qué sirve?. ¿De qué?. Y es queee…

Conste que soy de los que considero, sin sarcasmo, muy útil la función psico-social de Tele 5 aireando intimidades ajenas. Con ello, se rellenan gran cantidad de vidas huecas que sin este aporte, se potenciarían en depresiones, angustias vitales, paranoias, riñas, malestares inespecíficos, incremento de conflictividad vecinal, temores y más. La gravedad del problema no es, como suele creerse, la temática de la televisión, la gravedad del problema la deberíamos hallar en el por qué de tanta oquedad en tantas vidas que se rellenan con vidas ajenas.

Como no tengo el menor asomo de explicación, ni tampoco de solución, voy directo a lo mío. Para estar al día, para mi, el móvil ajeno es mucho más directo, más vivo. Estoy allí, lo tengo al lado mismo, casi, casi soy protagonista. Es cierto que se perdió aquello tan entrañable del inicio del móvil que su principal función era para decir.- Estoy llegando, ya puedes poner la mesa. ¿Qué hay para comer? Hoy las conversaciones son largas e ininterrumpidas (por lo bajín de Barcelona a Mataró). Se explica cualquier cosa personal e íntima, bien sean problemas de trabajo, de familia, con la pareja, del banco, o del facebook.

Quizás el blog no sea el sitio más adecuado para las confesiones privadas, mucho más apropiado seria utilizar el móvil en el 27, que a cualquier hora, sin remedio, es una línea de bus en la que se va de pie y a tope. En todo caso y la verdad, es que a mi ya se me ha pasado el arroz. La prueba es que si me llaman al móvil estando en el bus, mi voz, en inaudible susurro, me sale un.- Estoy en el bus, te llamo así que pueda. Visto lo visto, no es de extrañar que algunos me tengan por un chavo raro, ¿qué tiene que ver que estés en el bus para no poder hablar por teléfono?, ¿es que ahora trabajas de conductor?. Ni aun así, ¡hasta el conductor habla por el móvil!

La cosa es que hoy, no es que te entrometas en la vida privada de los otros, como sería censurable pero corriente, el cambio está en que la vida privada de los otros es la que invade la tuya. Esto pinta mal. Hace unos días en el tren, había uno que con buenos pulmones, llevaba largo rato intentando explicar a una mujer (secretaria?) la diferencia que había entre un albaran y una factura. En una parada, subió un tipo con un equipo de música sobre ruedas de los de aquí te espero y empezó a deleitarnos, potencia 10, con una canción protesta (supongo compuesta por él) en la que contraponía la vida del estudiante con la del obrero. Por el acento, me pareció entender que el caso se daba en algún país sudamericano. El elemento del albaran no aguantó más y armó una bronca al músico porque con el ruido no podía hablar por teléfono. El mundo de los negocios se impuso al del arte.

Al final, lamentablemente llegó mi estación y no pude saber si realmente existía alguna diferencia entre albaran y factura, ni si los estudiantes y obreros, juntos, acababan en un asado campero. ¡Malditas prisas!.

Superado todo, no quiero quedarme atrás y ya lo he advertido, se acabaron las conversaciones de alcoba. A partir de ahora, las conversaciones privadas con mi mujer las voy a tener por teléfono y desde el tren. Sin embargo, hay algo que aun no he podido superar y que supongo me devuelve irremediablemente a la antigüedad y es que considerándome un usuario muy moderado del móvil, recibo unos facturones de tiritona y sin embargo, no puedo entender como estas personas que sostienen conversaciones de tres cuartos de hora ininterrumpidos, no les afecta el gasto. ¿Hay algún truco?, ¿estoy haciendo el canelo con los de Movistar? o ¿es que la gente se deja todo el sueldo en el móvil?

Debo decir que el AVE tiene otro nivel. Allí las conversaciones, no reducen el tono de voz, pero la temática tiene mucha más cosa: Objetivos y plan estratégico sobre la reunión que se va a tener en Madrid. Minucioso y quisquilloso repaso, punto por punto, de todos los pedidos aun no servidos. Estremecedora bronca a la secretaria por no saber mentir y haber dicho, al cliente, la cosa tal como era. Debate y búsqueda de razones que hagan plausible el despido del delegado de Valladolid. En fin, como digo, otro nivel. Eso sí, indefectiblemente, toda conversación de móvil debe iniciarse con la jaculatoria, a modo de mantra, estoy en el AVE y luego todo lo que quiera añadirse.

Acaso un día, psicólogos y sociólogos nos den una pista acerca del cambio de los estándares sobre la exteriorización de la privacidad ajena, la cual, a algunos, aun lo tenemos como si fuera una agresión a la nuestra.

Me haría sentir muy incomodo ser el fundador de una secta, variante de la nueva confesión de fe de los ni-ni: ni me gusta Tele 5, ni me gusta hablar por el móvil, ni me gusta airear mis cosas en público, ni me gusta que desconocidos me cuenten las intimidades de su vida. Tanta NI me margina y vivo en permanente stress.

Busco psicoanalista.


Juro que el protagonista de este video no soy yo.

11 comentarios:

  1. me ha gustado, a Francis también...te puedo recomendar mi psicoanalista (?)
    Vicky

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  2. Hola Jordi!
    Ahir vaig penjar un escrit i avui ja no hi és.
    No ho entenc. És que els esborres o hi ha alguna cosa que no funciona? Espero que no sigui perquè no els trobes adequats (!).
    Com seia ahir en castellà penso que això que denuncies és pot entendre com el revers tenebrós de l’autoorganització social: l’anonimat obscur, que fa que la gent ignori a l’altre gent que l’envolta. Es potencia l’individualisme agressiu perquè políticament és rendible com si no poguessin existir maneres d’autoregulació d’allò comú col•lectives i distribuïdes racionalment.
    Reflexiono sobre el teu article i el de Nebur i em pregunto Com es pot aprendre a escoltar i impregnar-se de la força de l’anonimat? Es tractaria de despolititzar-se per polititzar-se. És a dir, Tractar de connectar amb els mateixos centres d’energia d’aquell que està parlant amb un altre pel mòbil, que no són la identitat i la ideologia, sinó l’afectació en primera persona i l’anonimat col•lectiu.
    Quan parlo d’afectació en primera persona, em vinc a referir a una sacsejada que travessa l’existència, suspèn i desequilibra la normalitat, obre preguntes sobre
    el sentit de la vida que portem, i que hauria de fer que les coses i els altres
    importin realment perquè només amb ells podrem trobar respostes. Aquesta manera de veureu imprimeix passió i veritat en la banalitat ambiental que tu havies captat.
    Sentir-se afectat per la poca solta dels xerraires maleducats és sentir que la teva vida no pot continuar igual, que passa alguna cosa i que has de fer alguna cosa amb això que (et) passa.
    Nebur

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  3. Sí, Jordi, a mí también me preocupa que desaparezcan comentarios de tu blog.
    Respecto a tu escrito de este mes, te diré que no hace falta que vayas al psicólogo, lo que te pasa es que te desorienta escuchar solo una parte de la conversación como explica Lauren Emberson, psicóloga de la Universidad de Cornell.
    Emberson, hizo un experimento y reprodujo una parte o las dos de una conversación a voluntarios mientras éstos intentaban completar tareas informáticas que requerían de atención, como usar el ratón para rastrear un punto en movimiento. A los participantes les fue mucho peor con la tarea cuando solo podían oír a un interlocutor.
    El cerebro tiende a ignorar las cosas predecibles, pero presta más atención a las situaciones impredecibles. Cuando se escuchan ambos lados de una conversación, fluye de manera predecible. Pero un solo lado de una conversación telefónica es bastante impredecible.
    Según el estudio que aparece en la revista Psychological Science, hablar por teléfono móvil en público "tiene un efecto realmente profundo sobre la cognición de las personas circundantes, y no se debe a que intenten escuchar o a que sean malas personas. El mecanismo cognitivo básicamente les obliga a escuchar".
    Anna

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  4. Pues no lo voy a volver a enviar.
    Nebur

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  5. Pues yo sé de un arquitecto amigo mío que un día se subió a su tren de cercanías del Masnou y se convirtió en vigilante de teléfonos móviles. Se sentó junto a una mujer de unos 20 años que, según dijo, estaba "cotorreando" por teléfono,metió la mano en el bolsillo de la camisa y pulsó un botón de un dispositivo negro del tamaño de un paquete de tabaco. Éste envió una potente señal de radio que interrumpió la transmisión del teléfono móvil de la cotorra, y la de cualquier otro que hubiese en un radio de nueve metros. "Siguió hablando durante unos 30 segundos, hasta que se dio cuenta de que al otro lado no había nadie escuchando", me dice mi amigo. ¿Cuál fue su reacción cuando descubrió por primera vez que podía ejercer ese poder? "¡Caramba! Liberación".
    Ahora me dicen que a medida que se ha disparado el uso del teléfono móvil, una banda de ciudadanos cabreados pequeña, pero cada vez más numerosa recurre a una contramedida contundente: el inhibidor de teléfonos móviles.
    La tecnología no es nueva, pero su divulgación por cada vez más, usuarios del transporte público causa preocupación en el sector de la telefonía móvil.
    El fenómeno está desatando una batalla por el control del espacio aéreo al alcance del oído. Los usuarios insensibles imponen su bulla a la gente indefensa, pero los inhibidores no sólo castigan a los infractores, sino también a interlocutores más discretos. Si hay algo que caracteriza al siglo XXI es nuestra incapacidad para contenernos en beneficio de los demás. El usuario del móvil cree que sus derechos están por encima de los que le rodean, y el que perturba considera que los suyos son los derechos más importantes.
    La tecnología de interferencia funciona enviando una señal de radio tan potente que los teléfonos se saturan y no pueden comunicarse con los repetidores.
    Mi amigo, el arquitecto, compró el inhibidor en la India por el equivalente a 15 euros, dice que al principio utilizaba el inhibidor por diversión. Ahora lo usa con más criterio. "En este momento, me corro de gusto por el mero hecho de saber que tengo el poder para interrumpir la llamada de alguien".
    Creo que mejor que te compres un inhibidor. Te saldrá más barato que el psicoanalista de Vicky.

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  6. A mí també m'ha esborrat comentaris...!
    Francesc

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  7. Des de que faig el blog, només n'he retirat un de sol perquè era totalment insultant, no contra mi, sinó contra un altre lector.
    Si és cert que no surten comentaris que feu, jo no hi tinc res a veure. M'estranyaria que g-mail hi poses algun tipus de limitació, segons quines paraules s'usin. De fet, alguns cops, aleatòriament, em surt un avis recomanant-me que em miri amb freqüència els comentaris. Al menys un cop a la setmana ho faig i pels que llegeixo, no hi trobo res que no es pugui llegir.
    Hauré d'investigar si és possible que això passi o és que hi ha lectors que la "volen liar".
    Ja us diré el què.

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  8. Jordi, creo que tus "inteligentes" comentaristas no han entendido el mensaje con carga de profundidad que les ofreces en tu blog. No va de móviles en espacios públicos ni mucho menos.No es una mera observación, es una denuncia y tampoco deja de ser un alegato político en el sentido político impreso en la definición misma de la Comunicación e impreso en el sentido mismo de la unidad intelectual entre ciencia, filosofía y arte que atañen inevitablemente a todo estudio programático de la Comunicación y de sus medios. Alegato político crítico que no se enceguece ni amedrenta con los espejismos del poder para incidir en la necesidad histórica de construir un poder nuevo: el poder de los trabajadores en plena libertad. La libertad que los móviles nos limitan. Yo lo veo como un alegato que, por otra parte, debería ser requisito necesariamente metodológico de cualquier deontología o ética científica. Sólo a partir de profundizar, ensanchar y clarificar la obligatoriedad de un marco teórico programático que situé la innecesaria necesidad de comunicarnos como punto de partida para el estudio de la Comunicación podremos garantizar que lo que tú propones es verdaderamente compromiso de análisis y síntesis científico para la transformación de la realidad hacia un nuevo orden mundial de la Comunicación, tu reivindicación nos da esperanza de que algún día sea posible la desaparición de toda apropiación privada de los medios para la Comunicación. No habrá transformación real de la Comunicación si no hay transformación real de la sociedad.
    Gracias Jordi! nos has abierto los ojos.
    Ester. (La amiga de María)

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  9. Me enganché a este blog hace unos meses con aquél artículo del poeta perdido. Me gusta como está escrito y me divierte ver los comentarios. Este mismo de Ester tiene tela.Yo no soy capaz de elucubraciones semejantes; pero, como buen andaluz, me gustaría poner una nota de humor, a ver que le parece:
    Estaban en una sauna Geoge Bush, Tony Blair, y José María Aznar, completamente desnudos. En un momento, se escucha que un teléfono que suena, y Bush pone su mano en forma de teléfono y comienza a hablar. Los otros dos se quedan atónitos y le preguntan sobre su aparato, a lo que Bush contesta: "en mi país tenemos la tecnología suficiente para poner chips de teléfonos celulares en nuestras manos". Poco después se vuelve a escuchar el teléfono y esta vez contesta Blair, pero de su muñeca aparece una pantalla. Al acabar la conversación, los otros dos preguntan sobre su aparato y Blair contesta:"en mi país tenemos la tecnología para insertar en nuestras muñecas pantallas de cristal líquido". Aznar, sintiéndose menos por los avances tecnológicos de sus colegas, salió un momento de la sauna. Al regresar llevaba colgando entre las piernas un rollo de papel higiénico. Bush y Blair se le quedan mirando asombrados, y le preguntan: ¿qué es lo que traes entre las piernas?, entonces Aznar mira su entrepierna y contesta: "Permítanme, estoy recibiendo un fax"
    Pepe Quevedo

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  10. No entiendo como un tema tan tonto puede tener tantos comentarios. A mi se me ocurre que la reflexión de Jordi nece de una carencia. Él se siente perdido en medio de la multitud. Le duele saber que los demás están relacionados. Él desde que perdió su trabajo en serio vagabundea enganchado a su ordenador. ¿Me escriben? ¿me leen? ¿piensan en mí? Es como si dijera: ¿A dónde vamos, de dónde venimos? Duda sistemática y metafísicamente de la esencia de su ser. Esto mismo le pasó a la madre Teresa de Calcuta. Igual te sirve saber cómo se lo planteó ella (claro que parece que contó con alguna ayuda de arriba). "Cuando me encuentro jodidilla -decía Teresa- pienso: Que el dolor redime. Que la soledad cura. Que la fe agranda. Que la esperanza sostiene. Que la humildad ennoblece Que la perseverancia templa Que el olvido mitiga. Que el perdón fortalece. Que el recuerdo acompaña. Que la razón guía, Que el Amor dignifica... Porque lo único que verdaderamente vale es aquello que está dentro de ti, y por encima de todo esta Dios sólo tienes que descubrirlo y así hallaras la verdadera Paz."
    Después de todo, de cualquier cosa se puede sacar un comentario. Que te aproveche.
    Josep M.

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