domingo, 1 de agosto de 2010

LAS FASES DE LA LUNA


Recibo de mis amigos de Seattle un e-mail que literalmente dice:
Hola Jordi,
Disfrutamos el juego mucho Ryan y yo con la camisa del equipo Espanol puesta y James con la bandera de Catalunya en su coche...De que se trata la manifestacion que habla el Wpost?

http://www.washingtonpost.com/wpdyn/content/article/2010/07/10/AR2010071002722.html

La verdad es que no se mucho de la politica de alla?
James

Mi respuesta al mail:

Hi James:
Ya hemos visto vuestras fotos de las vacaciones en Hawaii. !Cómo nos hubiera gustado acompañaros¡. Este año no pudo ser. El próximo.
Dile a tu hijo James que gracias por pasearse por Seattle con nuestra senyera (bandera). No va tan desacertado, el equipo español y el estilo de juego es el del Barça, el de los días en que se les espesa la cosa.
Sobre lo que me preguntas de la manifestación, no creas que pueda darte demasiadas explicaciones comprensibles.
Intentaré resumir la cosa así:
El Gobierno estaba convencido de habernos hecho creer, a los catalanes, que la existencia de la Luna era gracias a ellos. Un buen día se iniciaron discusiones entre políticos españoles y catalanes para que los catalanes disfrutaran de su derecho a tener siempre Luna llena.
Que si la Luna llena era mucho, que si con Luna nueva era suficiente. Que no, solo hasta cuarto creciente. Al final, después de muchas peleas, regateos, renuncias y enfados se convino, en pro de que hubiera paz para todos, en que la Luna que tendríamos seria la fase gibosa creciente.
Así lo acordaron todos los Parlamentos del país, el Senado y al final para que no quedara la más mínima sombra de duda, se convocó a la cúspide de la democracia: al pueblo de Catalunya directamente en referéndum. Al fin todos de acuerdo.
Pero hete aquí! que hubo un grupo de políticos perdedores, soberbios e incapaces de hacer acuerdos, que en presunto beneficio electoral propio y en contra de todos, usaron la astucia de presentar una queja a un Tribunal de Justicia entendedor de las Leyes Principales, al que con habilidad, también habían hecho creer que estaba por encima de la democrática voluntad del pueblo. Esta confusión, les valió para dividirlos políticamente, porque políticamente también habían sido designados, así es como su función de Justicia quedaba anulada, transformándose, en lugar de Justicia en un Tribunal Político de conveniencia, al modo de las dictaduras, blandas o duras.
Después de larguísimas discusiones, que duraron años; tantos, que algunos murieron por el camino, a otros les caducaron sus poderes y nada, ni nadie pudo poner cordura a un Tribunal psicotizado por un debate que no le era propio, sometido a una presión obsesiva para que dictara sentencia; sentencia que para satisfacer, tendría que ser limitadora. !Tantos años deliberando¡ otra cosa no hubiera sido aceptable. El agotamiento pudo más que la razón: se determinó que no era legal conceder la luna gibosa creciente, solo se concedería hasta el cuarto menguante.
Esta resolución satisfizo a algunos políticos y alivió a los otros, pero no al pueblo de Catalunya que se sintió engañado, menospreciado, vituperado, ofendido y herido en su dignidad colectiva. Tanto tiempo soportando el poderoso griterío de insultos y amenazas de parte de quienes carentes de memoria, son solo un almacén de rencores, que la cosa no podía dejarse de aquella manera, La sociedad civil catalana, evocando los versos recitados por aquel insigne sevillano hijo de Valladolid:

!Cuan gritan esos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si, en concluyendo la carta
no pagan caros sus gritos!

y sus gritos los apagaron las gargantas de millón y medio de catalanes en la calle al grito de
I N D E P E N D E N C I A !!!
Al fin, el pueblo se quitó la máscara manifestando que su aparente estupidez era sencillamente una educada postura convivencial, pero ahora, ya sin disimulos, manifestábamos saber ciertamente que ni la luna es de ellos, que tampoco la tenemos gracias a ellos y que ni tan siquiera pueden modular sus fases.
La sociedad civil se echó a la calle, al margen de los políticos, cansada y harta de tantas patrañas y magias de pacotilla, hecha por unos lideres que más parecen estar al frente de un parvulario, que de un país.
Los que no fueron aquel día a la manifestación ni en espíritu, ni les interesa la Luna, ni saben de fases y únicamente creen que el planeta donde viven es ellos mismos, la Luna de Valencia.
No se si estas explicaciones te habrán aclarado algo. Sin embargo, no quisiera que sacaras la conclusión de que la política española tiene alguna relación con la victoriosa selección de fútbol, cuya base y estilo es el del Barça. La política española es un modus vivendi y aquí la vida está muy dura, así que hay que echarle…para ir tirando.

13 comentarios:

  1. Mire amigo Samarra. Es la última vez que entro en su blog. Si le digo la verdad me aburre su discurso identitario. Ya está muy oído. Lo mismo que usted dice, sin ningún matiz nuevo, lo he ido leyendo en muchos medios. No se me ofenda; pero lo que usted escribe es pura copia. Afán de convencer a quien no se va a dejar convencer o afán de demostrar a sus amigos que es usted un “buen catalán” ajustado a la ortodoxia.
    Me gusta que cite usted a Zorrilla; aunque nos confunda con lo de “insigne sevillano” que supongo debe ir por su Don Juan. Seguro que a su amigo americano le debe haber complacido mucho su juego lunar, yo creo que al igual que la luna usted tiene también un lado oscuro que por su desgracia ya va siendo demasiado evidente.Me lo imagino en su capilla independentista, en sus noches calenturientas y estatutarias recitando aquello del Víctor Balaguer: "Ai Castellà castellana no t'hagúés conegut mai!".
    Permítame que le diga cuatro cosas:
    Debe usted saber, amigo mío que el Tribunal Constitucional no forma parte del Poder Judicial. Sus miembros, llamados magistrados, no son jueces de carrera, sino abogados de prestigio o profesores de Derecho, expertos en una materia, que en ocasiones no es ni siquiera Derecho constitucional. Éstos son elegidos por las Cortes, lo que en este país significa que los eligen los partidos políticos. Los titulares de tan alto cometido deben juzgar, con arreglo a lo que establece la Constitución, la conveniencia o no de las leyes que aprueban los órganos legisladores. Son los responsables de interpretar "políticamente" el significado de la Constitución y en base a él enjuiciar leyes y normas. Es decir, los magistrados ni son independientes, ni apolíticos, ni es un tribunal ni se accede por oposición pública como en la Judicatura. Dicho todo esto y a pesar de ello convendrá usted conmigo, si el fanatismo no le ha capado las meninges, que el Tribunal Constitucional es el máximo intérprete de la Constitución y juega un papel esencial como institución del Estado de Derecho, cuyo cometido es equiparable a otros tribunales de garantías constitucionales europeos como el alemán o el italiano. Sí como el alemán o el italiano, instalado en dos reconocidas democracias.
    Aquí el problema es que todo el mundo opina sin haberse leído el Estatut y sin tener zorra idea de nada, excepto de su sagrada e inviolable identidad “colectiva”.
    Como otras muchas leyes del Estado, el Estatuto de autonomía catalán es una norma que forma parte del llamado "bloque de constitucionalidad", ese conjunto de normas jurídicas interpuestas que junto con la Constitución Española sirven para determinar si una disposición determinada cumple con lo que establece la Constitución y el conjunto de normas que desarrolla la propia Constitución. Que el Estatuto catalán no es una norma propia de Cataluña, sino una norma de carácter estatal lo prueba el hecho de que para su aprobación requirió, ahora hace cuatro años, del visto bueno del Congreso de los Diputados, además del referéndum del propio pueblo catalán al que iba dirigida.(No me entretendré en la pírrica votación habida, como no le discutiré el millón y medio de catalanes que se manifestaron últimamente. ¿Cómo se puede vivir tan rícamente instalado en la mentira!).
    (Continuará)

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  2. (Continuación)
    El derecho (privilegio) de los pueblos españoles a avanzar en su propia autonomía está reconocido por la propia Constitución Española y forma parte de la norma fundamental del Estado, de manera que los propios Estatutos de autonomía y el procedimiento para su aprobación está regulado intensivamente en la Constitución del 78. El constituyente dejó abierta la cuestión autonómica para que se desarrollara de forma natural a través de procesos autonómicos efectivos, como así ha sucedido en los últimos treinta años y con especial intensidad tras las últimas reformas de los Estatutos de Autonomía de todas las Comunidades Autónomas.
    La autonomía tal y como está recogida en nuestra Constitución es una forma típica de nuestro Estado. No es federalismo, pues este impone la obligación de que cada estado federado posea su propia constitución. Tampoco es centralismo, lo que pretendidamente quería evitar el constituyente a través de la creación del Estado autonómico. Las tendencias descentralizadoras de la década de los años 70 introdujeron en España la idea de optar por una especie de modelo intermedio propio que ha originado un sistema de reparto competencial que en muchos casos es más generoso que el propio modelo federal y en otros es más rígido que la centralización total.
    En eso vivíamos instalados felizmente, cuando a Maragall se le ocurrió pactar con ERC y plantear un nuevo Estatuto de corte constitucional al amparo del veleidoso Zapatero.
    Lo lamento por usted, que parece que no sabe escribir de otras cosas, pero creo que no queda mucho por escribir sobre el Estatuto de Autonomía Catalán y mucho de lo que se diga será injusto para los catalanes, y seguramente también para el propio Tribunal Constitucional, el Gobierno y el Estado de Derecho.
    Pero lo que es cien por cien fiable es que el Estatuto está vigente, que es una norma estatal para los catalanes, que forma parte de la "constitución" del Estado español y que como tal debe ser sometida a juicio del TC, no por ser catalana, sino por ser una norma constitucional.
    A partir de aquí dejo de escribir y dejo de leer su otrora prometedor Blog. ¡Qué pena Sr. Samarra!
    No se desanime y siga escribiendo. Tiene usted estilo. Lástima los temas.
    Un abrazo,
    Ruben.

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  3. Distinguido amigo Jordi.

    Adjunto un escrito que hace tiempo publique en mi bloc, en relación con las declaraciones de la Sra. Presidenta del Tribunal Constitucional, para el que quiera darse cuenta de como han actuado los componentes del mismo, que ni quiera han respetado las LEYES QUE REGULAN SU FUNCIONAMIENTO.

    Como no puede ser de otra forma un personaje anónimo, con ello demuestra su cobardía, pretende devaluar tu escrito y reflexiones, sobre la decisión política de la sentencia sobre el Estatut de Catalunya.

    Añade que no piensa seguir leyendo tus textos, es otra forma de demostrar la democracia en la que está instalado, y la de tantos seguidores del pensamiento único, el suyo, lo que no les gusta no existe, hay que eliminarlo, así lo han hecho durante siglos. La ignorancia histórica es tan grande que muy pocos saben las manipulaciones que a través de los años se han seguido realizando, por este modo de pensar, y que día a día han ido manipulando las masas.

    Las 14 artículos anulados sobre Justicia, fueron aprobados y son plicados en Andalucía, Aragón y en alguna otra Autonomía, con los votos a favor de los que han puesto el recurso contra Catalunya. Así funciona la Justicia en España.

    El escrito que en su dóa publiqué:

    EL DESPRESTÍGIO DE LAS INSTITUCIONES ESPAÑOLAS (I)

    La presidenta del Tribunal Contitucional Sra. Mª Emilia Casas, clama irritada: “Estamos ante una intolerable campaña de desprestigio”.

    Vemos las causas:

    LEY ORGÁNICA 2/1979, DE 3 DE OCTUBRE, DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

    Texto consolidado e integrado con las modificaciones introducidas por las Leyes Orgánicas 8/1984, 4/1985, 6/1988, 7/1999 y 1/2000 y con expresión particularizada de las reformas conforme a las Leyes Orgánicas 6/2007, de 24 de mayo, y 1/2010, de 19 de febrero.
    La LOTC, en su redacción inicial, carecía de preámbulo. El que se transcribe a continuación es el que acompaña a la Ley Orgánica 6/2007, de 24 de mayo (BOE del 25 de mayo).
    PREÁMBULO DE LA LEY ORGÁNICA 6/2007

    Artículo veintitrés

    1. Los Magistrados del Tribunal Constitucional cesan por alguna de las causas siguientes: Primero, por renuncia aceptada por el Presidente del Tribunal; segundo, por expiración del plazo de su nombramiento; tercero, por incurrir en alguna causa de incapacidad de las previstas para los miembros del Poder Judicial; cuarto, por incompatibilidad sobrevenida; quinto, por dejar de atender con diligencia los deberes de su cargo; sexto, por violar la reserva propia de su función; séptimo, por haber sido declarado responsable civilmente por dolo o condenado por delito doloso o por culpa grave.

    2. El cese o la vacante en el cargo de Magistrado del Tribunal Constitucional, en los casos primero y segundo, así como en el de Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (versión 2010) 15


    (a). Las deliberaciones de los tribunales son secretas y también lo son los resultados de sus votaciones.

    (b). Las constantes filtraciones son una grave infracción de los deberes de los magistrados.

    Han revelado compromisos
    Han revelado el resultado de las votaciones.

    (c). Uno de los magistrados con atributo de “progresista”, publicó en El País ejerciendo el derecho de rectificación previsto en la Ley, para desmentir que hubiera traicionado sus compromisos con otro grupo de magistrados a favor de la ponencia entonces debatida, añadiendo ufano que sus exigencias y compromisos eran bien conocidas.

    Este Tribunal Constitucional no cumple con las Leyes por las cuales debe regirse.

    El desprestigio de este Tribunal lo han provocado sus propios miembros y los partidos políticos que lo soportan PP, PSOE y también su presidenta, incapaz de hacer cumplir las Leyes a los miembros de este Alto Tribunal cada vez más desprestigiados.

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  4. Estimado Jordi.
    Me da la sensación de que tenías un lector/seguidor en el Tribunal Constitucional. No sé si es bueno para ti haberlo perdido. Este tipo de lectores le dan a tu blog un valor añadido (si positivo o negativo, allá cada uno con su conciencia).
    Hay que ver cuánto sabe el señor Ruben sobre la Constitución, la burocracia política que la envuelve y la hace incomprensible para el ciudadano de a píe, entre los que me incluyo, y qué poco valor le da a la lógica de los hechos democráticos como el Senado, el Parlamento, el referendum popular y otras obviedades no menores como el derecho a reclamar
    un reparto justo entre todas las comunidades autonómicas y proporcional a lo que se da y lo que se recibe, que después de tantos años soportando injusticias en ese aspecto, ya nos toca.
    Tal vez debería dirigir ese escrito al Sr. Miquel Roca i Junyent, uno de los padres de esa Constitución que tanto defiende y que, como ponente de la misma, no debe ser tan ignorante como nosotros, aunque esté mucho más cerca de nuestros argumentos que de los suyos, según he leído en algunos artículos de La Vanguardia que, por cierto, leen muchas más personas que tu blog.
    Además, la necesidad de un tribunal constitucional con atribuciones por encima de las de los representantes del pueblo no existe, como él asegura, en todas las democracias europeas: por ejemplo, Inglaterra no lo tiene, y no lo ha necesitado en los acuerdos con Escocia, Gales e Irlanda.
    Me parece muy triste que vaya a dejar de leerte porque no está de acuerdo con tus ideas políticas. Por esa misma razón debe ser un asiduo y limitado lector de La Razón.
    En fin, querido Jordi, se puede estar equivocado; en estas cuestiones y en muchas otras, pero es legítimo pretender demostrar a tus amigos "que eres un buen catalán ajustado a la ortodoxia".
    Por supuesto a la ortodoxia de tu Catalunya, no a la del del PP.
    Recibe un abrazo y de nuevo mis felicitaciones.
    Antonio Gómez.

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  5. Amigo Sr. Samarra: Me ha complacido mucho su afán por explicar el Estatut comparándolo con las fases de la luna. Yo como su amigo James también soy americano de Olympia, cerca de Seattle y, aunque vivo desde hace años en Terrassa, no acabo de entender bien toda esta confusión estatutaria. Lo de la luna me ha aclarado bastante; aunque no me atrevo a pensar se trate de un tema de lunáticos.
    Porque vamos a ver – y le ruego que no se me ofenda usted desde sus supuestas profundas y decimonónicas convicciones nacionalistas – ¿qué se cree usted que sabemos desde los Estados Unidos sobre su nación catalana? ¿qué puede entender nadie, y menos un americano medio, cuando en un pequeño artículo de la trasera de un periódico le llega el mensaje de que “Catalonia is a nation” o “Catalonia is not Spain”?
    Pregúntense ustedes mismos ¿Qué saben ustedes sobre Olympia, o sobre Seattle o sobre nuestra nación federada Whashington? Cuando le digo a la gente de aquí que soy de Whashington, me confunden con la ciudad de Washington y ni siquiera saben cómo se escribe. Y si digo que soy de Olympia ¡me sitúan en Grecia! ... y eso los más leídos. Pero ¿qué se cree que la gente del mundo exterior sabe de Catalunya? Pues ya se lo digo yo: NADA y no porque no sea una nación independiente o federada; sinó porque en un mundo globalizado es una marca que no vende nada. Como no venden nada los estados federales de Sajonia, Turingia o naciones reconocidas en la ONU como Palaos, Nauru. Kiribati o Saint Kits i Nevis. En un mundo en competencia lo que venden son las marcas agrupadas como Gran Bretaña, España, Alemania, Italia o aquellas que han tenido la inmensa promoción de unos Juegos Olímpicos como la misma Barcelona. Washington, Oregón o Iowa no venden nada, la marca es EE.UU. Yo puedo ir presumiendo de que en mi Estado están las sedes de las gerencias de Microsoft, Nordstrom o Starsbucks o que somos el origen de la moda grunge o que en Seattle y Olympia viven personajes, para nosotros tan famosos como: Edgar Martínez, jugador de béisbol; Dale Chihuly, artista del vidrio; los músicos Pearl Jam, Soundgarden, Queensryche, Ann y Nancy Wilson del grupo Heart y Kenny G; Bill Gates, el gigante del software; el maestro Gerard Schwartz; el actor Tom Skerritt; y los escritores Ann Rule, Robert Fulghum y Tom Robbins. Sí, puedo lucir una buena dosis de orgullo provinciano; pero cuando muevo el “ass” por Catalunya tengo que decir que soy americano. Eso es lo que vale, lo que el conjunto del país es capaz de hacer y dar a conocer bajo el paragüas de una misma marca. Todo lo demás son pamplinas como dicen ustedes.
    Ya sé que Catalunya tiene 1.000 años de historia y Seattle fue fundada en 1851; pero el orgullo nacional no depende de una historia o de una cultura más o menos rica. Los independentistas aman la diivisión y la segregación por señas identitarias que alguien se entretiene en potenciar y eso, amigo mío, va contra la corriente del mundo. Cada vez nos parecemos todos más, si es que alguna vez hemos sido diferentes. La insistencia en la diferencia provoca reacciones extemporáneas que conducen a la confrontación y la violencia, como aquel camarero que me comentaba: “Sabe usted, mister, a mí el Estatut me suda la polla”. Un poco más de seny, por favor.
    Brandon Granger

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  6. Diuen que no es pot estimar allò que es desconeix. Hi estic completament d'acord. Pot ser per això alguns espanyols no entenen la mania catalana de defensar un idioma i unes tradicions amb tanta insistència. Estic convençut que una bona temporada vivint aquí els ajudaria a conèixer, comprendre, respectar i, en el millor dels casos, fins i tot estimar una mica la nostra cultura.
    Ara bé, tot és recíproc en aquesta vida. Força polítics catalans intenten fer-nos creure que a la resta d'Espanya no som benvinguts, que no ens poden niveure, que ens espolien i que la identitat catalana està en perill d'extinció.
    Lamentablement, la ignorancia de molts catalans ha facilitat l'auge nacionalista. Tots els que hem tingut l'oportunitat de viure fora de Catalunya sabem que res d'això és cert. Per això recomano als catalans "engabiats" que surtin una mica, que coneguin altres regions d'Espanya i altres espanyols. De seguida veuran que ens uneixen moltes més coses que no pas ens separen, i que el respecte i l'admiració i l'admiració per les particularitats catalanes són m´´es que freqüents.
    Encara que, només llegint una mica, un s'adoni que el nacionalisme és un esquer electoral que aprofita i alimenta el resentiment per créixer, he d'admetre que jo no he vist les coses tan clares fins que no he viatjat. Conèixer el món obre els ulls, es relativitzen els tòpics i t'adones que sertir-se orgullós de pertanyer a una nacionalitat no és lògic: no hi ha res de meritori en això. Primer perquè néixer en un lloc o un altre no és una decisió pròpia, i, segon perquè tenir una nacionalitat en concret no és garantia de ser més bona persona.
    Andreu García, Tarragona

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  7. Bravo Jordi, tu ets un dels nostres. No t’amoïni que aquest Rubén et deixi de llegir, sempre ens tindràs a nosaltres els teus amics. Que se’n vagi amb els seus raonaments carques. Cap raonament no pot canviar l’afany repressor dels espanyols. Que se’n vagi com s’haurien d’anar tots aquells que van venir els anys 60 a aprofitar.-se de Catalunya i a hores d’ara, tants anys que han passat, encara els sents parlar amb les seves famílies en castellà. Diuen que provoquem l’enfrontament de dues comunitats i s’equivoquen en el plantejament: aquí només hi ha una de comunitat: la catalana. Tots els murcianots, gallecs, marroquins o llatinoamericans que han vinguin ho han de tenir ben clar: o canvien la seva identitat o aquí no han de fer res.
    Fins i tot fa mal als ulls llegir comentaris com el d’aquest paio (mireu que es diu GARCÍA) que ens diu que hem de viatjar molt. És una vella tàctica: ho escriu en català per fer veure que és un català qui ho diu. És clar que un veritable català mai no diria aquestes bajanades. Quin mal fa aquesta gent que fan seu el nostre idioma per atacar-nos!
    La culpa es teva Jordi per escriure en castellà.
    Adrià Fontcuberta

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  8. Este blog, a veces, se pone interesante. Y es que el amigo Samarra es un provocador. No, amigo Fontcuberta, no creo que el Sr. Samarra al que no tengo el gusto de conocer, sea de los vuestros. En primer lugar porque me parece un hombre culto y educado. Nacionalista sí, pero con tufillo de derechas. Me lo imagino en su nutrida biblioteca, que sin duda la tiene, perdiendo el tiempo en escribir un blog. Seguro que el ejercicio ligero de la pluma le sirve de excusa para aplazar la escritura de un soñado libro. También intuyo que debe ser de origen castellano o tener una madre de aquí, un padre de allí, en fin algo que no le hace ajeno a la práctica del castellano en su propio entorno. No lo voy a negar, a mi que los nacionalismos me suenan a pus rancia, el Sr. Samarra me cae bien. Me cae bien porque la forma de exponer sus argumentos tiene aire. Aire vacío; pero aire. Sus ínfulas soberanistas me recuerdan reivindicaciones de otras patrias: "Qué vuestro himno soberbio vibre, hombres libres en tierra libre!"
    Yo que sigo a Samarra desde hace meses le recuerdo registros de mucha clase, que rompen todo clisé mental, cuando escribe sobre política, cuando divaga sobre la vida o cuando inventa.
    Por eso Fontcuberta, me gustaría que no tratase de llevar el agua a su molino. Samarra es de todos sus lectores y sigue siendo de todos ellos, aunque como Rubén amenacen con dejar de serlo. Adelante Jordi, no sé porque (será porque invocas a la Luna) me recuerdas aquella imagen de Lugones, en su Lunario Sentimntal:
    Sobre la azul esfera
    un murciélago sencillo
    volteja cual negro plumerillo
    que limpia una vidriera.
    Un abrazo
    Salvador Díaz

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  9. Tanto marranear con el Estatut y tanto lamentarse como plañideras por la “lamentable” sentencia del constitucional, a mí, como catalán que soy me han entrado ganas de decir la mía. Espero que sean tolerantes y, al menos, me lean. De entrada, por si no quieren seguir leyendo, les diré que me parece una anormalidad - que no sucede en un país democrático - que un ciudadano de un país no pueda estudiar en la lengua oficial del Estado. Sí, me parece que es fascista imponer una lengua vehicular con el “decisivo” argumento de que es la lengua propia.
    La argumentación de que no hay que sentirse discriminado porque todos los niños acaban la enseñanza sabiendo las dos lenguas no me vale. Yo por imposición franquista estudié únicamente en castellano (el catalán estaba totalmente proscrito) y hoy en día, , sin haberlo estudiado, trabajo y me desenvuelvo sin ningún problema en catalán hablado o escrito. ¿Milagro? ¿Desusada capacidad para los idion¡mas? No. Nada de eso. Lo que ocurre es que las dos lenguas son muy similares (aunque a algunos les pese) y el ambiente, una parte de los medios, los amigos,… (mal que a algunos les pese) te hacen tener un conocimiento suficiente de las dos lenguas. (Pregúnteles a los vascos o a los valones y verán la diferencia).
    Todos sabemos catalán y castellano. ¡Fantástico! El problema no está ahí. El problema es de derechos y deberes, contra imposiciones y falta de libertades. Ningún demócrata, espero, me negará el derecho a que mis hijos sean educados en mi lengua “propia”. Y saben ustedes, mi lengua propia es el castellano. ¿Es eso algo por lo que tenga que pedir perdón? ¿En qué país estamos? ¿Por qué volverse locos tratando de hacer de la lengua el único signo identitario? ¿Es que no hay otros?
    Dicho esto, ya sé que una parte de sus lectores, a falta de argumentos, ya me estarán acusando de pepero, nacionalista español y otras cosas peores. Lo único que me gustaría es una enseñanza bilingüe, en la que la lengua vehicular sean los dos idiomas, para cada asignatura, un año en catalán y al siguiente en castellano. Eso les parecerá anatema y herejía intolerable a muchos furibundos nacionalistas; pero es lo que yo opino. ¿Tengo derecho a decirlo? ¿Tienen derecho las minorías a ser respetadas o hay que someterlas mediante la discriminación más cerril y primitiva? Y no se engañen ni hagan oídos sordos: hay muchos catalanes que piensan como yo y que de momento siguen votando a CiU.
    Gracias Sr. Samarra por su Blog, por lo menos he tenido la satisfacción de decir lo que pienso. Cuando me muera me gustaría poder decir: “He vivido para salvaros las palabras, para devolveros el nombre de cada cosa” (Perdón por la mala traducción; pero estudié durante el franquismo. Seguro que sus cultos y exaltados amigos lo sabrán perfectamente en catalán).
    Manuel Gras

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  10. Apreciado Sr. Samarra:
    Todos queremos mucho a nuestros hijos y deseamos lo mejor para ellos. Desde esta afirmación, que espero que todos compartamos, les pido que me lean e intenten comprenderme. El castellano es la lengua materna de mis hijos. En casa hablamos en ese idioma y no creo que con ello infrinjamos ninguna ley. Es más hablamos en el idioma oficial de nuestro país. Y lo hablamos también en la calle con los amigos, con la misma naturalidad con la que también hablamos en la calle y con los amigos, en catalán. En el año 2003 la UNESCO declaró la importancia de que los niños sean escolarizados en su lengua materna, so pena de daños en la aptitud mental primaria como la comprensión verbal, la capacidad de interpretación de textos y el razonamiento, que sufren los escolares forzados al aprendizaje en una lengua distinta. El último informe Pisa (2003) denuncia que el rendimiento escolar de los castellanohablantes de Cataluña es mucho peor que el de los catalanohablantes: 27 puntos menos en Ciencias, 24 en Lengua, 32 en Matemáticas y 33 en resolución de problemas. Ha sido un hecho que las autoridades educativas hayan ignorado sistemática y deliberadamente que el castellano es lengua materna de un porcentaje muy alto de escolares de Cataluña y no hayan facilitado la educación en este idioma en las primeras etapas escolares, con incumplimiento grave (hasta la entrada en vigor del Estatuto de 2006) de la propia normativa catalana. Incluso en el ingreso en los colegios se ha suprimido la pregunta del idioma materno. Todo esto ha sido objeto de sentencias condenatorias del TSJC y de reproche de instituciones como el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de la ONU, y la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), que han instado al Gobierno español a que ponga los medios necesarios para corregir la discriminación que sufren los niños castellanohablantes en la Comunidad autónoma de Cataluña. Con la entrada en vigor del nuevo Estatuto, confirmado por la denostada sentencia del Tribunal Constitucional, la situación se agrava porque su articulado no contempla ni siquiera la primera educación en lengua materna y avala la llamada inmersión lingüística.
    Ahora, el Departamento de Estado de los Estados Unidos denuncia que en España se siguen produciendo casos de discriminación lingüística. Especialmente, en Cataluña cuyas políticas lingüísticas oficiales continúan “vulnerando el derecho a la educación en lengua materna, si esta es el español.”
    Sólo les pido que razonen y me comprendan; aunque ya sé que el dogma no admite argumentos. Mis hijos tendrán que purgar nuestra culpa de haberles hablado en castellano; pero no teman, lo superarán. El que no ha de superarlo es este pobre país nuestro sumido en la intolerancia, la discriminación y el obscurantismo impuestos por una clase política que no nos merecemos. ¿o sí?
    J.G ( y la “G” es de García ¡y a mucha honra!)

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  11. Estoy alucinando con los comentarios de este blog. Voy por la calle y nada más que oigo hablar en castellano, si quiero ir al cine todas las películas son en castellano, pongo la tele y la mayor parte en castellano, para qué seguir ¡estamos inundados de castellano! Hasta este blog está escrito en castellano ¡Y aún se quejan! Pero ¿qué quiere esa gente? Les molesta que sus hijos tengan que aprender el catalán. Faltaría más. ¡Es indignante! ¿De qué libertad hablan? ¿Qué derechos invocan? Está claro que esta no es su patria ¿qué hacen aquí? No quieren entender que el Estado está por encima de los individuos. Aquí se tendrá que hablar sólo catalán, le pese a quien le pese y si para ello hay que conculcar derechos individuales será un mal menor. Catalunya no será si nos hacen renunciar a nuestra lengua. La antigua versión de Els segadors ya lo decía bien claro: "amb la sang dels castellans ens farem tinta vermella".
    Sr. Samarra: elimine de su blog comentarios que lo contaminan. Esos individuos que falsamente se proclaman como catalanes son un obstáculo para nuestra INDEPENDENCIA.
    Gemma Prats

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  12. No conozco a nadie que haya elegido su lengua. Alguno habrá, desde luego, porque el vicio es vasto; pero no tengo ninguna noticia, ni directa ni indirecta. Hasta tal punto es un asunto inaudito el de elegir lengua que el romanticismo más torvo, consciente de la falla liminar, suele señalar disimulando que es la lengua la que lo elige a uno. Estupidez que por mucho que se disfrace de inconsútil metáfora es aún más sonora que la de pensar que los padres eligen a sus hijos. No, la lengua no forma parte de nuestro hipotético libre albedrío, como tampoco la propia facultad de hablar. Se cambia de grupo social, de ciudad, de país, por motivaciones económicas o sentimentales, y estos cambios suelen traer a veces cambios de lengua. Pero ni siquiera en Cataluña, hay estupidez individual y colectiva suficientes como para decir de los implicados que cambiaron de lengua... a causa de la lengua. La mayor potencia de la otra lengua catalana (que es el castellano, lo que son las cosas) y la larga dictadura franquista han limitado las posibilidades de lectura en catalán (y también de los medios audiovisuales) y esas circunstancias afectaron a lo que podríamos llamar la verosimilitud léxica.
    Sin embargo semejante decantación no ha enmascarado, ni siquiera levemente, una convicción fundamental: la de que cada catalán usa en verdad una sola lengua. Las pequeñas, y casi divertidas, variaciones de color, de música, de acentos, de grafías entre castellano y catalán no lograrán hacer creer nunca a nadie con dos dedos de frente, que se trata de dos lenguas. No, no hay lugar para el plural. De ahí que siempre haya que observar con gran desconfianza los intentos por presentar catalán y castllano como agua y aceite. O por adjudicar a la imposición escolar de una u otra los fracasos educativos, como se hizo en el franquismo con la imposición del castellano y como se hace ahora con la imposición del catalán. Así, si es preciso defender el derecho de los padres catalanes a educar a sus hijos en castellano no es por razones técnicas, es decir, porque se crea que la inmersión lingüística hará más tontos a sus hijos. No: sólo estamos defendiendo su derecho a tener caprichos. La política democrática no es sólo la gestión de la supervivencia. También gestiona los caprichos. Y no es posible que los caprichos caigan sistemáticamente a un solo lado de la raya.
    Alguien podría pensar que estas conclusiones sólo tienen como objetivo el descrédito del nacionalismo y su minusvaloración. Dado que el nacionalismo catalán, como cualquier otro que no esté basado en la raza, la etnia o la religión, se acoge a la diferencia lingüística, parecería que poniendo de manifiesto la inanidad técnica de esta diferencia se haría lo propio con el nacionalismo y su global pretensión diferenciadora. Pero que un factor diferencial sea irrisorio no nos lleva, desde luego, a minusvalorar su importancia y, sobre todo, su capacidad de intimidación. Así sucedió con aquella memorable corrección que Jordi Pujol, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, introdujo con el tiempo en el lema de su casa. Si durante los años sesenta había establecido que “catalán es todo aquel que vive y trabaja en Cataluña”, una década después añadiría como definitivo estrambote: “… y que quiera serlo”. Lo realmente extraordinario de esa supuesta libre voluntad es que en el fondo venía decidida (y evaluada) por el otro. Durante la ocupación nazi de Francia se planteó, como pasó en otros territorios, la pregunta de quién era judío. Ser judío era algo mucho más incierto de lo que pudiera parecer. La cuestión la zanjó Sartre: “Es la mirada del otro la que convierte a alguien en un judío.”
    A.E.

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  13. Me han recomendado este blog y me alegro. No sólo hay una reflexión inicial consistente y bien escrita; sino que los comentarios, en general, son también elaborados y contrastados. Entiendo que se crea un espacio de debate que no es habitual en otros blogs. De entrada déjenme decir que ,en mi opinión - con la que seguro no va a coincidir la exhaltada señora o señorita Prats - el nacionalismo sólo puede producir un estado intervencionista sin resquicio para la individualidad, El nacionalismo es totalitarismo. La decisiva y definitiva contribución de Hegel al proceso intelectual puesto en marcha por Fichte y que da origen al totalitarismo demuestra que cuando la nación espiritual triunfa y se encarna en el estado real, los objetivos nacionales se imponen mediante la restricción de la libertad.
    La dialéctica de la historia, que aplican los nacionalistas, elimina toda moral porque somete el juicio sobre los hechos presentes a la consecución del fin necesario, determinista, de la parusía o final de los tiempos, que toma corporeidad en una intensificación completa del estado total.
    Al establecer una completa identidad entre lo nacional y lo espiritual se suplanta la libertad humana por un plan-ideario nacionalista que se ha de llevar a cabo hasta el final, pese a quien pese. El hombre debe entenderse que desaparece como individuo para diluirse en los colectivos que por arte de magia pasan a tener alma. Hegel lo dice bien claro: "El espíritu, en la historia, es un individuo de naturaleza universal, pero a la vez determinada, esto es: un pueblo en general. Y el espíritu del que hemos de ocuparnos es el espíritu del pueblo". Está claro que se da cuenta de que la nación es una entelequia y precisa recurrir al término “pueblo” ajustado más claramente a la unidad, semejanza y cohesión existente en el orden tribal. Los nacionalistas lo aprenden rápido y se llenan la boca con el “pueblo”: “lo ha aprobado el pueblo” “se ha manifestado el pueblo” “el Tribunal Constitucional no tiene legitimidad para oponerse al pueblo” y por lo que parece tampoco la tiene ahora la Defensora del Pueblo en sus recientes denuncias. En este clima de espiritualizaciones frívolas y expresiones grandilocuentes el concepto pueblo ha abandonado el campo de la antropología y de la sociología para trocarse en una fuerza dinámica de indefinible naturaleza espiritual.
    Esto, en mi opinión – y si ustedes tienen otra les agradecería que la expusieran- no es más que una absoluta manipulación para introducirnos en una mentalidad colectivista y en un mesianismo histórico. El pueblo catalán pasa así de ser una realidad sociológica estudiable o debatible a ser un mero vector delicuescente en proceso de formación al amparo de una nación a la que nadie está autorizado a sustraerse.
    Todo existe por y para una Catalunya independiente, todo es contingente menos ella. "El Estado, las leyes y las instituciones son suyas; suyos son los derechos, la propiedad exterior sobre la naturaleza, el suelo, las montañas, el aire y las aguas, esto es, la comarca, la patria. La misma historia es suya en exclusiva, sus hechos y los hechos de sus antepasados son suyos, viven en su memoria, han producido lo que actualmente existe, le pertenecen". Catalunya es el fin y los ciudadanos sus instrumentos. No hay lugar para el pluralismo ni para la existencia individual porque ni tan siquiera se admiten fines personales que serían censurable subjetivismo.
    La educación es el vehículo fundamental de la estatalización de las mentes y de homogeneización de las personas, de forma que los centros escolares semejan campos de internamiento, como ya se intentó sin éxito en el franquismo.
    Reflexionemos, ¿es eso lo que queremos para nuestros hijos? ¿Una luna llena?
    Diego Enrique, Figueres

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